miércoles, 2 de diciembre de 2009

DÍA VIII


Pois sem ter teu carinho
eu me sinto sozinho
eu me afogo em solidão...
Anna Júlia
Los Hermanos


Cada momento transcurrido es un reto a la vida cual sobreviviente ante el desastre apenas acontecido. Me muevo en contra de todas las probabilidades tratando de salir indemne ante la catástrofe. Amor, cada segundo es una batalla en contra de los deseos de ir en tu búsqueda, de decir tu nombre (lo pienso constantemente), de perseguirte para pedir un por qué.
Soy un tirano conmigo mismo, pues me condeno a hacer lo que hago con la esperanza absurda de olvidarte o tenerte nuevamente, pero como el esclavo que soy hago lo que hago sin saber bien cómo, para qué o cuándo.

Para mí no existe la paz, sólo la fugaz ilusión del despertar, como si lo vivido fuera nada más que un mal sueño. Entonces pienso en tu nombre y comienzo los preparativos para ir a tu encuentro, cuando de pronto me tomo por sorpresa y me suprimo con la razonable explicación de la perdida de tiempo y energía. Me dejo engañar y convencer, porque en el fondo sé que me miento. Sin ti no hay tiempo y no tengo energía.
Vivo una comedia de engaños para no cometer locuras, no más que las que ya estoy llevando a cabo.
Lo irrazonable es ahora mi rumbo para no seguir tu presencia.
Estoy de insensato negándome a perseguir aquello que deseo. De insensato porque eres lo más querido, pero no llego nunca al conocimiento completo. La batalla prosigue y yo aquí enfrentándome a lo que tengo, lo que imagino y lo que de ti perdí.
Persigo la idea maldita de olvidar lo que pienso y que finalmente no logro, pues desde todos lados hay más para pensar y decir.

Soy un tirano Amor que ha decidido enterrarme y condenarme al olvido, soy un tirano que se condena a la renuncia a ti.

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