miércoles, 2 de diciembre de 2009

DÍA VII

Mal, cambiar la realidad
hablando por hablar
hay ganas de actuar.
Tú, ni contigo ni sin ti
que más puedo decir
si ya no sé quién soy.
Un día más
Reincidentes


El mundo se reduce a apenas unos pocos territorios por donde tú y yo vagamos.
Durante estos días me he movido por múltiples lugares y sin pretenderlo, o tal vez con todo mi afán en ello, he ido a dar a aquellos rincones en donde se halla todavía tu aroma en el recuerdo de haber estado contigo.

Pequeña mía son tantas las heridas que me has dejado, todas con una dirección diferente, todas con un pedazo de mundo para ser habitado por mí, todas con tu sonrisa en mitad del transito hacia mí.

Querer olvidar no basta cuando las calles son todas unas bastardas por hablarme de ti. El olvido no es una opción cuando sé que te hallas por ahí en mis huellas y yo en las tuyas, separados apenas por minutos, a lo sumo horas, recorriendo las mismas naciones, pero sin mirarnos nunca.

Ay Amor! ¿Qué haré para perder el miedo a verte sin mí junto a ti? Responde siquiera qué hago si te veo en todas partes, incluso cuando no estás.

La sospecha me rodea y me pregunto ¿soy yo quien recorre los sitios, o los sitios me recorren a mí? ¿Voy yo a ellos, o ellos vienen a mí?
Las sospechas te pertenecen como cada trozo de mundo que me regalaste.

Soy ahora un extranjero luchando por sobrevivir en tu país, en las tierras que te pertenecen. En el mundo que tiene tu nombre y que está lejos de mí.

Amor, todo el orbe no es más que un puñado de sitios con tu presencia.
Amor, no hay más sino aquello que reposa en ti, aquello que me mostraste y ahora has ido a desaparecer de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario